4 de cada 10 pacientes que han sufrido una fractura por osteoporosis recuperan su anterior calidad de vida

21 de octubre de 2022


Las políticas, estrategias y programas que se centran en el envejecimiento saludable y la salud de la mujer ignoran en la mayoría de los casos el impacto de la osteoporosis y su principal consecuencia, la fractura por fragilidad. Priorizar la osteoporosis y las fracturas por fragilidad, supondría reducir las diferencias de género en salud y bienestar y mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Estas son algunas de las conclusiones que se han resaltado en el 22 Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer (SAMEM) en el que se han dado cita profesionales sanitarios de distintas especialidades relacionadas con la atención médica a la población femenina y que sirve como actualización sobre algunas de las dolencias más prevalentes en la mujer.  A lo largo de este encuentro también se ha destacado que, si bien la osteoporosis ha recibido cierta atención política, la falta de recomendaciones estratégicas, inversión y un plan nacional ha generado barreras e inequidades en el acceso a la atención y tratamiento.

“La osteoporosis y las fracturas por fragilidad han sido ignoradas durante demasiado tiempo en las políticas de salud y en las agendas europeas de investigación”, explica el Dr. Santiago Palacios, presidente de SAMEM y presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO). “Esto ha dejado a millones de personas, en su mayoría mujeres, sin acceso a la atención y al apoyo que necesitan para vivir una vida plena e independiente. Tanto es así que la atención médica sigue fallando en la mayoría de los pacientes y se producen demasiadas fracturas que podrían prevenirse”.

Fractura ósea, eminentemente femenina
El 22,5% de las mujeres y el 6,8% de los hombres mayores de 50 años padece osteoporosis en España, una enfermedad ósea que actúa de manera silenciosa y que, en muchas ocasiones no se hace visible hasta que se produce la primera fractura. En total, son cerca de tres millones de personas las que sufren esta enfermedad ósea en nuestro país, lo que supone una prevalencia del 5,4% sobre toda la población.

“Son pocas las enfermedades que afectan a tantas personas, a medida que envejecen, como la osteoporosis”, apunta el presidente de SAMEM. “Tanto la edad avanzada como el género son dos factores de riesgo para sufrir fracturas óseas causadas por osteoporosis. De hecho, el 80% de las personas que han sufrido una fractura por fragilidad son mujeres”.

En este sentido, las estimaciones indican que las fracturas causadas por osteoporosis son responsables de la pérdida de 12 años de vida por cada 1.000 personas de más de 50 años. “A pesar de que la osteoporosis no se percibe como una enfermedad seria, los datos son preocupantes: solo el 40% de los pacientes que ha sufrido una fractura recupera su anterior calidad de vida, autonomía e independencia”, resalta el Dr. Palacios.

 “Así, es importante poner solución, ya que se prevé que el número de fracturas por fragilidad en España aumente a 420.000 en 2030, por el progresivo envejecimiento de la población”.

Optimizar la ruta asistencial
Las fracturas por fragilidad de los huesos son dolorosas, a menudo se traducen en una pérdida de movilidad y están asociadas con una mayor mortalidad, morbilidad y el incremento del riesgo de sufrir una siguiente fractura. “Las personas que han sufrido alguna de estas fracturas tienen un riesgo cinco veces mayor de tener una segunda al cabo de un año”, resalta la Dra. Mª Jesús Moro, jefa de sección de Medicina Interna del Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela.

En opinión de la Dra. Moro, “es crucial identificar a estas personas y prevenir estas fracturas secundarias en la medida de lo posible para minimizar sus consecuencias. Fomentar la creación de Unidades de Fractura en todos los hospitales permitiría mejorar las cifras de diagnóstico y tratamiento además de disminuir la importante carga económica y psicológica que suponen las fracturas por fragilidad”.

“La introducción de estas Unidades podría evitar cada año más de 1.200 fracturas por fragilidad y supondrían un ahorro de 18,4 millones de euros”, subraya la Dra. Moro. “Es urgente que tanto profesionales de la salud, como pacientes, gestores y políticos empecemos a trabajar de forma conjunta para conseguir un cambio en el abordaje de esta enfermedad y sus consecuencias”.

De hecho, según las recomendaciones extraídas de la Ruta Asistencial del Paciente con Osteoporosis (ODPAR) elaborada por las asociaciones de pacientes AECOSAR y OAFI, se podrían llevar a cabo acciones para que el paciente sienta más apoyo y comprensión y menos soledad en la vivencia de la enfermedad como: dar mayor visibilidad al paciente, establecer comunicación con el paciente, crear grupos o redes de pacientes y profesionales; organizar y facilitar servicios que los pacientes demandan pero a los que tienen acceso limitado y optimizar los recursos disponibles.

Abordaje precoz
A día de hoy, una de cada cinco mujeres con fracturas por fragilidad no cree estar en riesgo de sufrir nuevas fracturas por el mismo motivo, y tres de cada cuatro no saben que el tratamiento para la osteoporosis reduce este riesgo.

“Las pacientes deben hablar con su médico sobre qué opciones de tratamiento son las más adecuadas para que puedan llevar una vida lo más plena posible sabiendo que sus huesos están protegidos”, indica la Dra. Moro. “La involucración del paciente en la toma de decisiones es fundamental para conseguir una mayor adherencia a su tratamiento y un mejor abandono, pero es igual de importante que nosotros, como profesionales sanitarios, podamos acceder a todo el arsenal terapéutico disponible para poder ofrecer el mejor tratamiento según las circunstancias”.

El flujo de comunicación entre médico y paciente es también un punto de mejora para aquellas personas que sufren la enfermedad. Hoy en día la información facilitada para que los pacientes conozcamos mejor la osteoporosis, sus consecuencias -como es la fractura ósea-, y las opciones terapéuticas es muy escasa”, comenta Beatriz Soto, paciente de osteoporosis, secretaria de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO) y representante de la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (AECOSAR).

A pesar de que durante los últimos años ha habido una evolución y el paciente cada vez tiene un papel más activo, “es importante hacer un esfuerzo para mejorar la comunicación entre paciente y especialistas, con el fin de que estemos involucrados desde el primer momento en la toma de decisiones sobre nuestra enfermedad. Pero no solo eso, también necesitamos que la innovación terapéutica llegue cuanto antes para que nos beneficiemos el mayor número posible de pacientes”, concluye Beatriz Soto.

2023-12-13T19:50:03+00:00